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martes, 21 de junio de 2011

"Quien consiente a su hijo tendrá que vendarle las heridas..."

Me ha llegado un interesantísimo artículo publicado en el sitio web de una asociación sindical de profesores de enseñanza media, secundaria y bachillerato. Se trata de la respuesta del claustro docente de un instituto a las recomendaciones realizadas por la autoridad educativa para, supuestamente, reducir la elevada tasa de “fracaso escolar”.

Entresaco unos párrafos muy significativos por el análisis que hace, a mi juicio muy acertado, sobre las causas de ese fracaso. Ofrezco también el enlace para quien quiera leer el artículo completo y hacer una visita a esta asociación de profesores.


“Los consejos propuestos por la inspección nos parecen desacertados en el objetivo de resolver el fracaso escolar. Nuestros alumnos no suspenden por una incorrecta atención personalizada, ni por un insuficiente método de recuperación, ni por un informe no redactado, ni por el descuido de tanta barbarie e insensatez como han creado las desorientadas últimas leyes educativas...  Nuestros alumnos suspenden porque socialmente se han desatendido tres pilares fundamentales y necesarios para la adquisición de conocimientos, esos conceptos que ustedes tanto temen pronunciar y que sistemáticamente rehuyen en sus manifiestos: responsabilidad, esfuerzo y respeto.

La inmoral búsqueda de clientela electoral ha conducido a crear el delirio a los padres y madres malcriadores de que el emperador de su hogar iba también a ser el emperador en la sociedad. La educación pública está justamente para lo contrario de su interesada manipulación, no para prolongar y consolidar una educación basada en la malcrianza sino para adecuar a esos muchachos malcriados a una correcta socialización en aras del interés general.

Consideramos que desde un punto de vista político, las autoridades académicas son reas de la gran mentira que han vendido socialmente y que, por cierto, no tiene una fácil solución.

Han jugado con uno de los pilares sagrados de la sociedad: la educación de las futuras generaciones. Y algún día cada vez más próximo, esto se pagará a un alto precio.”



Como ya expresé más arriba, me parece un análisis muy acertado y aplicable a la realidad de la educación de muchos hijos hoy en nuestra engreída sociedad de nuevos ricos, tan ensimismada y pagada de sí misma que ni se daba cuenta que pagaba sus excesos con dinero prestado, dinero que no era suyo y que, ahora, hay que devolver y con intereses. Y ello después de haber criado a sus hijos en la filosofía del capricho y el “gratis total”. Muchos derechos y pocas obligaciones.

Está claro que no son iguales, ni todos los jóvenes, ni todas las familias y que las afirmaciones anteriores no pueden extenderse a todos, porque no es verdad. Pero sí es cierto que son muchos los padres que han seguido estos patrones de crianza, o mejor, de  malcrianza, y muchos los hijos malcriados, convencidos de que sus padres nacieron para servirles. Son tantos, que han llevado al Poder a quienes sólo les halagan su paternal vanidad, haciendo leyes que consagran los anti-valores educativos y morales de la irresponsabilidad, la ausencia del esfuerzo y la falta de respeto, promoviendo en gran medida actitudes de parasitismo social.

Por eso, porque en una sociedad que se dice democrática gobierna el que quieren los gobernados, haríamos mal en culpar únicamente a los políticos de este fracaso. Es cierto que producen un gran efecto amplificador con el “efecto pedagógico de la ley”, pero no es menos cierto que dicen a los ciudadanos lo que éstos quieren oír, al menos, en una mayoría suficiente. Culparlos a ellos y exculparnos nosotros es, en realidad, más de lo mismo. El día que muchos ciudadanos estén convencidos de la necesidad de una recuperación moral de la sociedad, asumirán sus propias responsabilidades y estos políticos pasarán como polvo que se lleva el viento.

Pero, primero, hemos de convencernos y pedirnos cuentas a nosotros mismos: preguntarnos porqué nos hemos dejado llevar por esa arrogancia que nos ha hecho olvidar lo que teníamos escrito desde hace tanto tiempo,

“Hijo mío, guarda los consejos de tu padre,
no rechaces las instrucciones de tu madre,
llévalos siempre atados al corazón
y cuélgatelos al cuello:
cuando camines, te guiarán; cuando descanses, te guardarán;
cuando despiertes, te hablarán;
porque el consejo es lámpara y la instrucción es luz,
y es camino de vida la reprensión que corrige.” Prov. 6,20.

“Quien consiente a su hijo tendrá que vendarle las heridas...
sé blando con tu hijo, y te hará temblar;
sigue sus caprichos, y lo sentirás...
No le des autoridad en la juventud
ni disimules sus locuras” Eco. 30,7.

Hasta el próximo artículo, si Dios quiere.

Winston Smith

jueves, 16 de junio de 2011

Siempre retrasando el progreso.... ¡La p*ta Iglesia!.

Ayer estuvimos frente al abortorio de la localidad, dando testimonio por la Vida. Rezábamos el Santo Rosario y sujetábamos nuestras pancartas, en las que mostramos a las madres cómo es un hijo de 10 semanas y ofrecemos mensajes con los que tratamos de conseguir una última reflexión sobre lo que van a hacer, como es la petición de que no los aborten, que los hijos en gestación no tienen culpa de nada y que si quieren ayuda nos la pidan.


Una de nosotros, María, se acerca a veces a las mujeres, cuando parece que dudan al entrar, o cuando se aprecian signos de pesadumbre, al salir. Habla con ellas y les ofrece unas hojas con nombres y teléfonos donde pueden prestarles ayuda, a llevar su embarazo a término si deciden no abortar, o al dolor del remordimiento, si ya lo han hecho.

Muchas de ellas, mientras fuman y hablan en la puerta esperando su turno, de cuando en cuando nos miran y se aprecia la inquietud en sus rostros, bajo la apariencia de normalidad tranquila. Pero casi ninguna ha cambiado de intención a lo largo de todo el largo tiempo que llevo asistiendo a estos actos...

De todos modos mi presencia allí es, fundamentalmente, elevar una oración por esos pequeños prójimos que son cruelmente muertos al otro lado de la puerta, casi a diario, sin haber tenido un nombre; oración con la que les reconozco el atributo de ser personas, diminutos seres humanos creados, conocidos y queridos uno a uno por nuestro Dios.

“Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá” Sal.27,10.

“En el vientre materno ya me apoyaba en Ti;
en el seno Tú me sostenías, siempre he confiado en Ti” Sal.71,6.

De pronto, un hombre de avanzada edad, montado en una bicicleta y ataviado con toda la indumentaria típica del ciclismo “quasi-profesional” pasó por delante de nosotros, acercándose para que le oyéramos bien y, por encima de nuestras oraciones, se oyó su voz diciendo: ¡SIEMPRE RETRASANDO EL PROGRESO... LA P*TA IGLESIA!

Y, ¿cómo entendemos cada uno el progreso en la sociedad, en la vida de la gente, en las personas?

Me recordó el debate que mantuve con otro comentarista sobre el artículo “Un montoncito de células”, en el blog,


y que parcialmente reproduzco:

Comentario de Luis canario
El caso es que, de no haber abortos, la población mundial se multiplicaría vertiginosamente hasta crear un caos absoluto en el que, a posteriori, se tendrían que tomar medidas probablemente nada agradables. Entonces el dilema está en: ¿qué es preferible, la muerte de embriones que ni sienten ni padecen ni han tenido tiempo de ser queridos o la muerte o sufrimiento de personas hechas y derechas, con familiares, proyectos de vida y seres queridos por doquier? Y adelanto que no vale el argumento de curita aldeano de "Dios sabrá cómo arreglarlo", porque carece de rigor y de objetividad, razón por la cual los "argumentos" religiosos NO SON argumentos.

Y otra cuestión es la siguiente: ¿qué buscáis vosotros los anti-abortistas, que no mueran todos esos embriones que ni siquiera sabéis que existen y ni siquiera conocéis a sus padres, o que simplemente se meta en la cárcel a las personas y padres de esos embriones por ser contrarios a vuestra ideología y la de la Iglesia? ¿Qué es lo que buscáis realmente? Porque es muy durito de creer que realmente os importe la vida de unos embriones de cuya existencia ni siquiera sabéis.

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LA
(Autor del artículo)

La falsa disyuntiva de la muerte o el sufrimiento que emplean los defensores de la muerte (igual que en la eutanasia). Yo apuesto por la VIDA.
13/06/11 7:55 PM
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Comentario de Winston Smith
Luis canario,

Es patético el reduccionismo de su discurso, vamos, las perogrulladas que ha escrito, para que me entienda. Desconozco si es pura demagogia, ganas de fastidiar o simplemente cortedad. Ni la primera ni la segunda de estas razones merecerían el respeto de una respuesta, (quizá por eso LA ha sido tan lacónico). Pero la tercera, sí. Y como no puedo saber de cuál de ellas se trata, asumiré que es ésta y trataré de recordarle lo que usted y yo sabemos:

De no haber abortos, la sexualidad se viviría de forma mucho más responsable, vinculada, para la gran mayoría de personas, al matrimonio, pues un hijo es para toda la vida y no es cuestión de tenerlos con cualquiera en un calentón hormonal, o tener que criarlos sola. Entonces, el dilema es: ¿Es admisible que el precio a pagar por una sexualidad irresponsable sean las vidas de los hijos que no han tenido culpa de nada?

La Ley de Dios nos dice “No Matarás”, que es lo que le dirá un curita aldeano o un obispo, por eso los argumentos religiosos nunca serán argumentos para justificar lo que usted quiere: que se pueda matar impunemente.

Y si, con una sexualidad responsable, los embarazos inesperados se llevaran a término en las sociedades de la opulencia como la nuestra, asumiendo las consecuencias de lo que se hace sin que otros inocentes paguen por ello, habría más hijos hoy para pagar su pensión mañana, cuando usted sea viejo y se dé cuenta de que un estado, aunque sea el del bienestar, no es nada sin ciudadanos, por mucho que digan las leyes, y de que no puede haber más receptores de “derechos” que contribuyentes que los financien. Los hijos de hoy nos mantendrán mañana, siempre ha sido así y siempre lo será, en un estado o en una tribu, y si usted aborta los suyos, tendrán que mantenerle los de otros, que no los abortaron. Haga usted la cuenta, es fácil, sólo tiene que hacer una multiplicación sencilla... Calcule sus años de vida laboral y multiplíquelos por su contribución a la Seg. Social y luego compárelo con lo que va a necesitar desde que se jubile hasta que se muera, pongamos a los 82 u 85 años. Haga la resta y sabrá lo que tendrá que recibir de los hijos no abortados, ( y eso sin contar el gasto médico que a esas edades se tiene, ni el subsidio de los parados, que sale del mismo sitio).
14/06/11 12:45 AM

Comentario de Winston Smith
Su última confesión, Luis canario, no es ya patética, da escalofríos. Es una prueba del desquiciamiento moral al que se llega cuando una sociedad se aleja de Dios: la constatación de que a usted las únicas vidas que le importan son las de sus allegados, a los que conoce, los de su tribu. Y a los que no conoce... que le den... Ha dejado bien clara su ideología: Si se matan en África, allá los negros... ¿Que se mueren en Haití? Pues que emigren... ¿Que se ahogan en las pateras los inmigrantes? Pues que no vengan... A usted qué más le da... si ni siquiera sabe de la existencia de ninguno... Estará usted seguro de que todos los que denuncian estas muertes defienden intereses oscuros, porque, total, ni siquiera sabían de su existencia, ¿no es verdad?

Cada vez estoy más convencido de que el “homo amoralis” es una mutación degradada del “homo sapiens”.

Luis canario, permítame que le recomiende algo: Léase cualquier Evangelio de principio a fin e imagine lo maravillosa que podría ser la vida incluso aquí en la Tierra si tratáramos mínimamente de llevar a la práctica lo que Cristo nos enseñó. Sea sincero.

Saludos.
14/06/11 12:46 AM

Comentario de Luis canario
Luis Amorós, no hay defensores de la muerte. Por tanto no has contestado a ninguna de mis preguntas.

Ricardo Argentina, no estamos hablando de España, sino del mundo entero. De todas maneras ¿dos millones de españoles más cada cuánto tiempo?

Winston, el placer es un derecho humano. Si usted debe reprimirse es su problema. No exija a los demás que se repriman. Eso sólo muestra envidia por ver cómo los demás disfrutan de su vida sexual y usted no. La ley de Dios no existe porque Dios no existe. Fíjese qué conversación de besugos vamos a tener si cada uno expone su opinión sobre Dios. Su exageración de que la vida va a desaparecer y que el estado se queda sin ciudadanos es, como mínimo, ridícula, absurdamente catastrofista y muy poco inteligente.

El desquiciamiento moral se produce tanto en sociedades alejadas del imaginario Dios como en sociedades aferradas al imaginario Dios. Su argumento es incoherente con la realidad objetiva que vemos a diario.

No sé si te has dado cuenta de que con o sin ley contra el aborto, los abortos se producen igualmente. Vosotros estaríais contentos si se criminalizara totalmente el aborto en todos los casos. Pero los abortos se seguirían produciendo. Eso es lo que me lleva a pensar que a vosotros os importa un pimiento los embriones abortados y que lo único que queréis es que se encarcele a quienes no piensan como vosotros. Su última manipulación es sencillamente repugnante. Y sólo para tratarme de amoral. No te olvides de que soy ateo, por tanto, eso de que no tengo moral por ser ateo, es, con datos en la mano, una estupidez ridícula que niega la realidad objetiva. Yo he hablado de embriones, no de PERSONAS como los que se matan en África, los inmigrantes o los que mueren en Haití. Probablemente yo sufra por esas PERSONAS mucho más que usted. Por cierto ¿a cuántos niños africanos tiene apadrinados y cuántas donaciones hizo a los haitianos? porque yo le podría hablar sobre mi caso, el caso de un "inmoral" como yo. Lo que ocurre es que nosotros nos preocupamos no sólo por el embrión, sino también por la madre, y estamos en la disyuntiva de en qué casos la vida del embrión que ni siente ni padece prevalece sobre el sufrimiento de la madre. Eso NO ES de ninguna manera estar a favor del aborto, sino una muestra de que, mire por donde, al final va a ser que los de la moral superior vamos a ser nosotros.
14/06/11 10:01 AM

Comentario de Neocatólico
Luis Canario,
Primero. ¿Qué es eso de que el placer es un derecho? Yo puedo hacer ciertas cosas como comer o tener una relación sexual, las cuales pueden dar placer. Pero si no lo obtengo, por la razón que sea, no tengo derecho a reclamárselo a nadie. Sería como si uno comprara un billete de lotería y dijera que tiene derecho a que le toque el gordo. Pero es que, además, es posible obtener estos placeres de forma ilegítima. Por ejemplo, cuando una persona que no quiera trabajar roba para comer o cuando un hombre se acuesta con la mujer de su vecino.
Segundo. Lo que dice usted sobre el aborto no tiene ni pies ni cabeza. Sus argumentos no se sostienen de ninguna manera. Eso de decir que estaríamos contentos si se criminalizara el aborto en todos los casos, pero que los abortos se seguirían produciendo es semejante a decir que estaríamos contentos de que se criminalizara los atracos de las gasolineras a mano armada, pero que dichos atracos se seguirían produciendo. Lo que dice usted sobre que el hecho de que se seguirían produciendo abortos a pesar de la prohibición le hace pensar en que nos importa un pepino los embriones abortados y que lo único que queremos es que se encarcele a quienes no piensan como nosotros es, si no me equivoco, un ejemplo claro de falacia non sequitur. O sea que entre la afirmación: " A pesar de la prohibición lo abortos seguirían produciendo" y la afirmación: "A los partidarios de esta prohibición no les importa la vida del embrión sino que se encarcele a los que no piensen como ellos"
no hay ninguna relación lógica. No tienen nada que ver una con otra. Si usted quiere encontrar una relación puramente emocional entre una afirmación y otra, es usted muy dueño y si pensar así le da placer, pues ¡qué bien! ya que considera el placer como un derecho.
Tercero ¿qué es eso de que lo que queremos es que se encarcelen a quienes no piensen como nosotros? O sea, estás diciendo que queremos que se encarcelen a quienes abortan si no piensan como nosotros, pero que si piensan como nosotros, en el caso de que aborten, pues no, que no se les encarcele. Estás haciendo un burdo juicio de intenciones sacado de tu mente y no de un examen imparcial de la realidad.

Nota: He cambiado lo del pimiento de la intervención de Luis Canario por el pepino para darle mayor dramatismo al asunto.
14/06/11 1:43 PM

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Comentario de Luis canario
Neocatólico, nadie está reclamando placer a nadie. No invente.

Lo que digo es que el hecho de que los abortos se sigan produciendo con o sin criminalización y que, cuando hay criminalizción vosotros estéis tranquilos, es una muestra de que no os preocupan los embriones muertos. No puedo haber cometido ningún non séquitur puesto que no he aseverado nada, sino que es una sospecha. Y para ello me baso en un claro ejemplo que tuvimos durante el anterior gobierno de Aznar, donde se practicaban tantos abortos como ahora y los pro-vida no decían ni mu, si es que se habían organizado, que creo que no.

Ricardo, en España no se han asesinado chavales. No mientas. Y no te vayas por las ramas y dedícate a multiplicar. Calcula cuánto crecería la Humanidad cada año de no haber ningún aborto. Según vuestras propias fuentes, que se os vienen en contra, a ritmo de 40 millones de abortos anuales la población crecería en 2000 millones cada 50 años. Tú mismo lo dijiste. Un colapso. Y no olvides que en el planeta no sólo estamos los humanos.

Yolanda, si lees lo que escribo verás que sigo perfectamente el discurso de quienes me responden. E incluso miro las fuentes. Que no les de la razón no significa que no siga el discurso. Es así de sencillo, pero dudo que tú lo puedas entender.
14/06/11 6:52 PM
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Comentario de Winston Smith
Luis canario,

Yo no sé porqué emplea continuamente consignas en lugar de argumentos, porqué esconde sus ideas detrás de eufemismos y subterfugios para no parezcan lo que son... Sigo sin saber si ello es intencionado o si usted mismo se asusta de sus propias ideas y necesita edulcorarlas para sentirse bien consigo mismo.

O sea, si afirmo que el aborto es un crimen, ¿no disfruto de la sexualidad? Y, ¿quién se lo ha dicho? Nadie, usted no me conoce. Simplemente es otra “verdad” del adoctrinamiento acrítico que habrá recibido... Su afirmación equivale a decir que los que disfrutan su sexualidad y me dan envidia es porque abortan o están dispuestos a hacerlo...

Voy a ayudarle a sincerarse consigo mismo y con nosotros, a decir lo que realmente piensa.

“Winston, el placer es un derecho humano”

Si esto es de algún modo una justificación del aborto, sólo es un disfraz para esconder que en su “moral” su propio placer está por encima de la vida de otros. Usted lo aplica a los fetos y otro lo aplicará a la violación. Al fin y al cabo, estamos hablando de derechos.

Usted “cree” que Dios no existe y a partir de ahí no hay nada que tenga un valor absoluto, ni siquiera la vida, como decía el juez Tomás y Valiente, desliando con tenebrosa coherencia el ovillo de un planteamiento ateo como el suyo. Total, si usted puede decidir lo que está bien y lo que está mal al final lo único que le importa será su libertad, como él decía y usted no se atreve, una libertad basada en hacer lo que le dé la gana, sin aceptar límites, una libertad que le lleva a afirmar que los hijos que estorban se pueden matar, (hoy por hoy, y para no asustar demasiado, hasta 14 semanas de vida, o ventitantas, si tiene la mala suerte de no ser perfecto como usted). Pero vamos, este mismo argumento valdría para darle al padre el “derecho a decidir su paternidad”, por aquello de la igualdad, siempre y cuando lo hiciera antes de las 14 semanas después de nacido... porque, ¿puede usted decirme por qué un hijo se puede matar con 13 semanas y 6 días y no se puede con 14 semanas y 1 día, o recién nacido? A usted le asusta, o no quiere decir, que con su planteamiento ateo todo esto cabe, todo esto es materia de su “ética de consenso”, ¿no es cierto?
14/06/11 9:23 PM

Comentario de Winston Smith
Y ya ha encontrado el subterfugio, el modo de presentar la maldad como bondad aparente: desligar algo intrínseco, ser humano y persona. Así usted y quienes le han adoctrinado, pueden seguir creyendo que no matan personas, pero son ustedes quienes deciden quiénes son personas y quiénes no. No se ponía en duda que los negros esclavos fueran seres humanos, simplemente una “ética de consenso” como la suya les quitó el atributo de persona, de modo que podía matárseles si el amo lo consideraba conveniente. En el fondo, y en la forma, usted piensa igual, aunque no se atreva a reconocerlo.

“Lo que ocurre es que nosotros nos preocupamos no sólo por el embrión, sino también por la madre, y estamos en la disyuntiva de en qué casos la vida del embrión que ni siente ni padece prevalece sobre el sufrimiento de la madre.”

Luis canario, ¿pretende usted engañarse a usted mismo o a quienes le leemos? A su ley del aborto le importa un pepino porqué aborta una mujer, ni quiere saberlo, a nadie le importa y no tiene que dar explicación alguna. Si algún problema pudiera provocar un “sufrimiento de la madre” hasta el punto de ser causa de aborto, y eso realmente le importaran a usted y a su ley, lo que harían sería ayudarla a resolver ese problema, no disponer el sitio donde mate a su hijo.

De hecho, usted y su ley, aunque invoquen una sensiblería lastimera, saben que la inmensa mayoría de los abortos que se producen tienen una misma causa: sexo sin consecuencias. El que va a sufrir de una muerte violenta y salvaje es la víctima de la que usted no habla, el feto. Y deje de hablar de embriones para hablar de aborto, queriendo remover el falaz argumento del “montoncito de células”... La estadística oficial del aborto provocado empieza en las 8 semanas y si usted sabe contar, y sabe algo de biología femenina, difícilmente una mujer se asegura de un embarazo antes de 4 o 5 semanas, con lo que la gran mayoría de abortos provocados son ya fetos, es decir, con los mismos órganos que usted y yo, pero mucho más pequeños. ¿Que no sienten ni padecen cuando los descuartizan? Eso lo dirá usted. O sea, que saltan, se mueven y se alejan del tubo succionador y no sienten nada cuando les arrancan los miembros hasta que mueren... Ya puede usted estar seguro, ya, para seguir con la conciencia tranquila defendiendo estos crímenes legales, para seguir teniendo sexo sin consecuencias.
14/06/11 9:25 PM

Comentario de Winston Smith
Claro que extendiendo su argumento de “no sentir ni padecer” cualquiera podría tener derecho, en una ley próxima, a matar a alguien que le estorbe siempre que previamente lo anestesie para que “no sienta ni padezca”, ¿no es así, Luis canario? O a veces, sí y a veces, no...

Y, ¿cómo puede decir que no está a favor del aborto con todo lo que ha dicho? ¿Es que le da vergüenza?

En fin, yo le sigo haciendo la misma recomendación que el otro día: Lea el Evangelio desde su ateísmo. Descubrirá que merece la pena.

Saludos.

P.D. Le informo que el retraso en la edad de jubilación que vamos a tener, (aunque no sé qué edad tendrá usted), no tiene nada que ver con crisis económica, aunque se mezclan “churras con merinas” para distraer al personal. Simplemente, con la esperanza de vida de hoy harán falta 4 o 5 personas laboralmente activas para mantener un jubilado y dentro de unos años, cuando lleguen a viejos los que confundieron democracia con sexo fuera del matrimonio y, por tanto, sin hijos, simplemente no tendrán suficientes ciudadanos cotizantes que los mantengan. Esto no es el fin de una sociedad, sólo un botón de muestra. Usted puede mirar para otro lado, si quiere, y seguir hablando de exageraciones, pero, si seguimos así, no habrá más ley que la de la selva.
14/06/11 9:25 PM

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Si queréis, podéis participar y añadir vuestras propias opiniones.

Ya sabéis, hay que pensar y hay que creer, porque en la vida nos llega el momento de colocarnos a un lado o al otro, consentir o disentir, aceptar o rechazar, complicidad o resistencia...

Hasta el próximo artículo, si Dios quiere.

Winston Smith

domingo, 12 de junio de 2011

Indignado por la Civilización del Egoísmo.

La verdad es que procuro inhibirme de la política. Hace ya tiempo que me siento como un extraño en mi propio país, en una sociedad sin un ideal que la aglutine y cohesione, inmersa en una decadencia moral que ha suprimido de un brochazo cualidades como la fidelidad, el respeto, la promesa, el compromiso, la verdad... y con ello se ha llevado por delante el valor del sacrificio, del esfuerzo individual y colectivo, del sentido del deber, del agradecimiento y del perdón, cambiándolos por el interés, la conveniencia, el todopoderoso dinero, y los “derechos”, eufemismo tras el que se esconde el egoísmo puro y duro, un egoísmo que sólo sabe imponer obligaciones a los demás, que están ahí para aprovecharme de ellos. Eso sí, sin verlos cara a cara, para evitar el más leve escrúpulo, difuminados y despersonalizados en esa expresión tan rimbombante que los políticos emplean como carnaza, “el estado del bienestar”, que está deviniendo en un “estado del parasitar” inmerso en la “Civilización del Egoísmo”.

Ciertamente, tenemos en España todas las maldades del nuevo rico. Una prosperidad rápida y fácil parece habernos afectado “las neuronas” y cambiado nuestra manera de ser olvidándonos de todo lo anterior, fascinados con cualquier esnobismo modernista. Hasta los detergentes, si se quieren vender, siempre deben ser “nuevos”. No hace falta que sean buenos, sino nuevos. Poco más hemos exigido para tirar por la borda lo anterior, lo “viejo”, ni siquiera demostrar que lo nuevo es mejor.

La perdición de Sodoma, dice el profeta Ezequiel, (16,49), fue la “soberbia, hartura de pan y ociosidad” que “tuvieron ella y sus villas, pero no dio una mano al desgraciado y al pobre. Se engrieron frente a mí cometiendo abominaciones...”

Pues eso, que se muere de éxito más que de fracaso, y la riqueza rápida nos ha metido en un egoísmo destructivo, del que nosotros mismos seremos los más perjudicados.

Es obvio que en esta situación cualquier movimiento de contestación social despierta mi interés, en la esperanza de ser el revulsivo necesario que nos abra los ojos y nos devuelva los valores morales perdidos.




¿Podía haber sido el de “los indignados”? Sí, podía... Pero no lo ha sido... En mi opinión, viene a ser más de lo mismo, disfrazado de algo diferente para que parezca distinto. Porque también ellos echan la culpa a otros de sus problemas, también son de los que tienen clarísimo lo que los demás deberían hacer por imperativo legal, tampoco ellos se cuestionan sobre su modelo de vida, sobre su propia cuota de responsabilidad en este estado de cosas y su contribución para resolverlas.

Esperaba propuestas decididas y valientes que partieran del reconocimiento de que el mundo no puede ser justo en un pedacito si no lo es todo él entero; del reconocimiento de que una igualdad entre los hombres que termina en las fronteras de un país, no es igualdad, sino privilegio; de que es escandaloso que en nuestro país un joven gaste en una noche de marcha, “botellón” y combustible para el coche, lo que una familia necesita para comer durante varias semanas en otros países; que los hospitales de aquí gasten más recursos del presupuesto de todos en atender “intoxicaciones etílicas” que muchos dispensarios médicos en medicinas para combatir enfermedades y dolencias en los países pobres...

Y esperaba el anuncio de un compromiso individual para cambiar esta situación, un compromiso de esfuerzo, sacrificio y renuncia personal... cualidades de una generosidad que en todo tiempo y lugar ha sido propia de la juventud, y que ahora echo tanto en falta.

Esperaba la proclamación de la necesidad de un cambio personal por convicción y no por sometimiento, cambio que asumido por muchos se traduciría necesariamente en una acción social aglutinadora e ilusionante, cambio que posibilitaría el restablecimiento de los únicos valores morales que amparan y protegen lo humano, que nos convierten en prójimos unos de otros, en lugar de predadores mutuos; esperaba un redescubrimiento público de la necesidad de regirse por los valores cristianos.

Pero no, sólo he encontrado consignas, eslóganes huecos, frases hechas y declaraciones grandilocuentes vacías de contenido, que esconden intereses y protagonismos... Y han sido devorados por un gran apoyo  mediático y efectista, la propaganda del poder político, siempre ávido de la apropiación y manipulación interesada de cualquier iniciativa social.

El sábado, en un programa de Radio Clásica, de RNE, el locutor se apuntaba al movimiento como si fuera suyo y entrevistaba a diversos jóvenes músicos participantes en las protestas. Una chica joven, y sin astucia, dejaba claro que su participación era una protesta por la dificultad que los músicos encuentran en trabajar en los locales nocturnos y salas de fiesta, una queja por las reducciones presupuestarias y los recortes que están aplicando los organismos culturales de los que proceden gran parte de los ingresos de los músicos...

Hablan de los políticos y banqueros corruptos como si la corrupción no estuviera instalada por doquier entre todos nosotros, promovida desde un poder que nos ha vuelto tramposos repartiendo mezquindades en la idea de que votaremos su continuidad como garantía de que las trampas se mantengan, “garantía de futuro”, como decía el lema del alcalde de mi localidad, con el ayuntamiento en números rojos e incapaz de pagar la nómina de los empleados municipales:

Los que traicionan una promesa de amor para toda la vida.
Los que han convertido el divorcio de una necesaria regulación legal de un fracaso no deseado, en el ejercicio del derecho a abandonar al cónyuge y reemplazarlo por alguien más atractivo.
Los que no quieren asumir la responsabilidad de sus actos y la cargan sobre terceros, como en el aborto.
Los que piensan que mentir es un derecho.
Los que usan a otros como objetos de usar y tirar.
Los que promueven el enchufismo y el clientelismo.
Los que cobran subsidios de desempleo trabajando en economía sumergida.
Los que se compran un coche o una wii con el dinero de una beca de estudios.
Los que se dan de baja médica en la feria de su pueblo, y cuando la mantienen de forma engañosa.
Los que aprovechan el más mínimo golpe en su coche para robarle a la compañía de seguros lo que no les pertenece, porque “le duelen las cervicales”.
Los que se divorcian para llevarse los 4000 euros de beca para sus hijos, porque los hijos de divorciados tienen preferencia.
Los que mienten o inventan datos para llevarse una plaza en un colegio, una vivienda de protección oficial o cualquier tipo de ayuda.
Los que faltan a su trabajo injustificadamente.
Los que no devuelven un cambio incorrecto en una caja del supermercado.
Los que se ven “de marcha” todos los fines de semana y luego suspenden y tienen que repetir cursos viviendo a costa de sus padres.
Los que “no dan un palo al agua” en las tareas comunes, como si los demás hubieran nacido para realizárselas.
Los que buscan por todos los medios dejar de trabajar cuanto antes y que el estado los mantenga.
...

No sigo, pero son muchos los individuos con actitud fraudulenta o corrupta, interesadamente atribuída en exclusiva a “banqueros y políticos”. Las únicas diferencias son las cantidades a las que unos y otros tienen acceso y las posibilidades de aprovecharse y abusar de los demás.

Esperaba un sano ejercicio de autocrítica indignada, pero sólo he encontrado más autobombo anunciando lo que ya se sabe: “La culpa es siempre del otro”..

Otra vez será.

Hasta el próximo artículo, si Dios quiere.

Winston Smith