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jueves, 8 de septiembre de 2011

Eutanasia y amor al prójimo: ¿Y quién es mi prójimo?... Pero un samaritano se movió a compasión, lo condujo a una posada y cuidó de él... Y Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo. Lc. 10,29-37.

Navegante perdido que me lees desde vete a saber dónde... Te saludo. Tras un descanso veraniego vuelvo a tomar este blog, no sé si para encontrarme contigo o conmigo... pero aquí estoy de nuevo.

“Hay que Pensar, hay que Creer” trae hoy para la reflexión una noticia triste, muy triste. Hace ya tiempo que el poder político ha expulsado a Dios de su sitio y ha ocupado su lugar, como en un Génesis tristemente cíclico y atemporal, personal y colectivo: la fascinación por comer del fruto del árbol de la ciencia del Bien y del Mal, para ser el hombre, y no Dios, quien decida lo bueno y lo malo con sus leyes humanas. Y siempre que el hombre reproduce el Génesis se olvida de que ese pecado original de soberbia le conduce al dolor, al sufrimiento y a la muerte.

Una de las mayores obsesiones de la pequeña y arrogante criatura humana es el poder sobre la Vida: poder para darla y poder para quitarla. La noticia de hoy es una de sus múltiples manifestaciones.





D.E.P. Ramona Estévez

La anciana, que estaba en coma, ha fallecido 14 días después de que se le negara el alimento y la hidratación, en cumplimiento de la ley andaluza de 'muerte digna'. "Bajo ningún concepto vamos a permitir que haya quien utilice una situación traumática para avanzar en una agenda ideológica radical e inhumana”, advierte la Dra. Joya.
REDACCIÓN HO.- Después de que la Junta de Andalucía indicara al hospital Blanca Paloma el pasado 23 de agosto que debía retirar la sonda nasgástrica a la paciente en cumplimiento de la Ley  andaluza de Muerte Digna, lo que la condenaba a la anciana, que permanecía en coma tras un infarto cerebral sufrido de 26 de julio, a una lenta muerte de hambre y sed, Ramona Estévez ha fallecido este martes sobre las 12,00 horas en el Hospital Blanca Paloma, donde se encontraba ingresada.
Según han informado a Europa Press fuentes cercanas, la mujer ha fallecido este martes, 14 días después de la retirada de la sonda en el citado centro hospitalario.
Derecho a Vivir (DAV) interpuso una denuncia ante los tribunales de Huelva para pedir la tutela judicial y solicitar el restablecimiento de la sonda nasogástrica a la paciente y una querella contra la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, y contra el hospital Blanca Paloma por un posible delito de omisión del deber de socorro. Más de 25 mil personas piden que Ramona Estévez no muera de hambre y de sed a través de una alerta de HO, en las 48 primeras horas de ser habilitada. 
No obstante, el juzgado las archivó por entender que nuestra,plataforma “no es parte interesada en el procedimiento" y porque esta era "la voluntad" de la paciente, y ello sin que exista testamento vital ni se haya certificado en modo alguno prueba que lo avale, solo el testimonio de su hijo sobre lo que supuestamente le habría manifestado su anciana madre. Un testimonio insuficiente, como expresó DAV en su querella, ya que no hay constancia probatoria que exprese por parte de la paciente una voluntad "seria, expresa e inequívoca", como exige la ley, para que se efectúe esta retirada de cuidados básicos. DAV había anunciado su recurso cuando se ha producido la noticia del triste desenlace.

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Descanse en paz y en Dios, de

Enviado por bienvepl el Mar, 06/09/2011 - 14:21
Descanse en paz y en Dios, de todo corazón. Y lo mismo para su familia, aunque no estemos de acuerdo con ellos.
Y que estos hechos no sienten precedente, aunque se ha dado un paso muy peligroso. Como se señala en la noticia, no existe constancia documental de la voluntad de Ramona. Ahora bastará la mera declaración de un pariente cercano o un mero conocido para asesinar a un enfermo inconsciente e indefenso.
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Dios la tenga en la Gloria y

Enviado por sicvosnonvobis el Mié, 07/09/2011 - 01:02
Dios la tenga en la Gloria y muestre con sus  familiares la misma Misericordia que con nosotros. Él nos perdone a todos.
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Éste ha sido el primer caso en que se deja morir a alguien en España en aplicación de una ley eufemísticamente llamada “de muerte digna”... Y, ¿qué tenía de indigna la vida de esta mujer desde que le sobrevino la enfermedad el 26 de julio pasado? La indignidad de llevar inconsciente menos de un mes y, la peor de las indignidades, tener 90 años de edad. ¿Es que habrían hecho lo mismo con una persona de 30 ó 35 años, ó con un niño? ¿Con un mes escaso de inconsciencia por cualquier enfermedad o accidente, habrían retirado la alimentación a alguien más joven? Pensadlo... La indignidad no ha sido otra cosa que la vejez.

Ramona ha muerto de hambre y sed, no de ninguna enfermedad, no de la desconexión de ninguna máquina que artificialmente mantuviera sus constantes vitales, no... Simplemente ha muerto porque le han quitado la comida, porque no siendo capaz de comer por sí misma por estar inconsciente, le han retirado la alimentación nasogástrica. No le han suprimido un tratamiento, sino un cuidado básico: Han decidido que debía morir.

¿Y quiénes lo han decidido? Su hijo, el poder del estado y algún médico o enfermero “obediente”, mientras el resto del personal sanitario “miraba para otro lado”.

No ha hecho falta acreditación ninguna del deseo manifestado por esta señora de no querer seguir viviendo en éstas u otras circunstancias, no se ha exigido “testamento vital” alguno. Ha bastado, únicamente, la indicación al respecto de un familiar, su hijo en este caso, y han decidido dejarla morir, o matarla, que en este caso poca diferencia hay.

Poco a poco las leyes del hombre, su pecado original, van convirtiendo los santuarios de la vida humana en ámbitos de muerte: El vientre materno y los hospitales. Y en verdugos a quienes más llamados están a proteger la vida: las madres, los médicos, los poderes públicos.

Ni la Iglesia, ni la Medicina han aprobado nunca el “encarnicamiento terapéutico” que mantenga con medios extraordinarios una vida sin esperanza de recuperación, prolongando artificialmente la agonía y el sufrimiento. Los cristianos aceptamos la muerte, sabemos que todos debemos morir, que es un paso obligado para el encuentro con Dios en la vida eterna. No hacen falta leyes para eso. Se trata, pues, de otra cosa, aunque se enmascare tras una palabrería sensiblera: Simplemente se trata de decidir quién vive y quién muere. Un verdadero placer libidinoso para el poderoso henchido de soberbia.

¿Y las instituciones garantes de los derechos de las personas? “Ni estaban, ni se las esperaba”. Han “mirado para otro lado”. Aquí tenemos..., bueno, el poder tiene, Jueces, Fiscales y hasta Defensor del Pueblo... Nadie, absolutamente nadie, ha pedido la realimentación de forma cautelar en tanto se aclaraban las circunstancias... Había una enorme prisa en acabar cuanto antes con la vida de esta señora...

Todavía recuerdo la actitud de los jueces en el caso de un terrorista confeso de la muerte de 25 personas, Ignacio de Juana, en huelga de hambre para presionar al gobierno, el mismo gobierno que ha dejado morir de hambre y sed a Ramona. En la misma Wikipedia podéis leer:

“El día anterior a la recepción oficial de su condena y ante la noticia no oficial de la misma, comenzó una nueva huelga de hambre porque en su opinión ya había cumplido su condena. El 16 de noviembre la Audiencia autoriza controles médicos del preso para velar por su salud y su integridad física. Al negarse a alimentarse, el 24 de noviembre, la Audiencia ordenó su traslado a la Unidad de Nutrición del Hospital 12 de Octubre de Madrid. El 12 de diciembre, De Juana comienza a ser alimentado, en contra de su voluntad, con una sonda nasogástrica.”

Está claro, el verdadero fondo de la cuestión es el poder de decisión sobre quién vive y quién muere. Hoy, una anciana con 90 años... ¿mañana?

Hasta el próximo artículo, si Dios quiere.

Winston Smith

2 comentarios:

  1. Aunque he de confesar que yo tengo mis dudas sobre cuándo es encarnizamiento terapeútico, cuándo hay que resignarse ya a morir y no buscar más ayudas médicas que parecen ir en contra de la voluntad de Dios cuando ha permitido que tengas ya una enferme dad X, este caso no parece tener justificación ninguna ni de voluntad de la paciente, ni de tiempo que llevaba en coma que realmente ya hiciera perder toda esperanza.
    La comparación con lo que se hizo con aquel encarcelado, que realmente sí tenía voluntad de no comer, pone de manifiesto, efectivamente, cómo nuestros actuales poderes políticos se otorgan a sí mismo el poder sobre la vida y la muerte...es muy triste.

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  2. Hola Winston:

    Bueno, pues ya he publicado el post que contiene tanto el artículo de Nachet, como la segunda parte del tuyo, así como los excelentes comentarios que hiciste en la bitácora del anterior. Mil gracias por tus profundas reflexiones y tu excelente blog.

    http://comerbeberamar.blogspot.com/2011/09/morir-indignamente-en-espana.html

    Un cordial saludo.

    Ana_MS

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